A menudo me gusta mirar al cielo y observar los pájaros migrando de un país al otro. Siempre me pregunto cómo es posible que sepan hacia donde tienen que ir en un cielo sin carreteras y sin disponer de un mapa o GPS.
Es obvio que hay algo invisible a nuestros ojos que los mueve hacia lo desconocido Y es una maravilla la forma en la que se lanzan a la aventura, tomando el vuelo en comunidades organizadas, sobrevolando nuestro planeta.
Quiero sentir que en su viaje están incubando la visión del lugar que les espera al otro lado del océano.
En el camino, seguro que se encuentran con el cansancio y las incomodidades del viaje, además de la dificultad de sostener la incertidumbre de lo que está por llegar.
Podemos dejarnos inspirar por la metáfora de los pájaros para guiarnos en nuestros propios momentos de transición.
Aunque no tengamos una imagen del horizonte que nos espera, el simple paso de fijar nuestro corazón en la esperanza de lo nuevo nos ayuda a transitar las incomodidades, las dudas o la sensación de no saber.
Esperamos y gestamos, con el corazón y la mirada en el horizonte, mientras lo antiguo encuentra sus maneras secretas de sanarse y lo nuevo va desvelándose ante nosotras.
Poco a poco, con la ayuda de las metáforas y los símbolos, empezamos a soltar y abrirnos a lo nuevo con paciencia y visión. Sin darnos cuenta, nos van creciendo alas para volar hacia nuestro nuevo hogar.
Cuando empezamos a abrazar lo desconocido, entendiendo su potencial a un nivel profundo, se abre una puerta preciosa para integrar nuestras propias transiciones con belleza, suavidad y dignidad.
Extracto adaptado del libro de Gemma Polo «There is Light and Only Light», Ed. Watkins, U.K.
Para saber más sobre Gemma y lo que ofrece puedes visitar su página www.gemmapolopujol.com